jueves, 28 de marzo de 2013

Sobre el cuerpo femenino en el arte de mujeres...

Ha sido por medio de la diferencia sexual marcada por parte del patriarcado, cómo las mujeres han rescatado la importancia que adquiere nuestro cuerpo.Partiendo de esta liberación que las ha afirmado como sujetos autónomos, han plasmado sobre su propio cuerpo, sinónimo de lienzo de expresión, su necesidad de hablar, de expresar y de actuar y éste ha servido no sólo de soporte para los temas que condicionaban su situación femenina como la sexualidad y la maternidad, la primera escindida y la segunda obligatoria, sino que han convertido su arte y su cuerpo en una plataforma para denunciar los abusos de las dictaduras militares, la violencia de género y en última instancia el feminicidio. Es por ello que sus obras han sido respuestas adecuadas a las necesidades del momento, dentro de un contexto, del que han formado parte y del que han sido víctimas pero del que han tomado distancia para posicionarse en una situación crítica que les ha permitido cuestionar las normas patriarcales que las rodean.

Los hallazgos recopilados durante esta inquietante travesía se corresponden con unas imágenes extremas, adjetivo aplicado a aquello conocido como lo más intenso o elevado, cuya herramienta: el cuerpo, tiene la capacidad de herir, de suscitar, de provocar y de hurgar en nuestros tabúes. A través de sus desgarramientos internos han roto con el estado de tensión a que las sometía el patriarcado, atentando contra sus cuerpos y sus mentes a través de repetidos esquemas, y con el pasado que las convertía en seres pasivos y cosificados. Sus cuerpos abiertos han recobrado las voces de la denuncia, han subvertido lo femenino como una categoría especial dentro del lenguaje artístico y han expresado a través del mismo su necesidad de individualización frente a la otredad de una manera pública y autónoma.Todo ello es una irreverencia mostrada a través de la combatividad y eso significa resistencia y feminismo.

Ballester Buigues

(Imagen: "Pies desnudos", de la mexicana Daniela Edburg)

Ver a las artistas:  las mexicanas Frida Kahlo y María Izquierdo, la brasilea Tarsila do Amaral, la cubana Amelia Peláez, la argentina Raquel Forner, la colombiana Débora Arango y la costarricense Emilia Prieto. Ante los abusos de poder del estado: la chilena Janet Toro, la mexicana Lorena Wolffer, la guatemalteca Regina José Galindo, la peruana Natalia Iguiñiz y el Colectivo Boliviano Mujeres Creando. El activismo de las Madres de la Plaza de Mayo en Argentina, el de las Damas de Blanco en Cuba y el del colectivo Nuestras Hijas de Regreso a Casa en Ciudad Juárez (México). Cuerpos como territorios de resistencia en la obra de las mexicanas Lorena Wolffer, Daniela Edburg, Teresa Serrano, Mayra Martell, Ambra Polidori y el Colectivo Malaleche. Cuerpos al límite en la obra de la guatemalteca Regina José Galindo. El cuerpo como espacio de lucha: el caso de la cubana Ana Mendieta. A través del cuerpo: perfección y violencia de género en la obra de las mexicanas Erika Harrsch, Cindy Gabriela Flores, Rocío Boliver, Teresa Serrano y Lorena Wolffer, la peruana Natalia Iguiñiz, la guatemalteca Regina José Galindo, la ecuatoriana Valeria Andrade, la argentina Paola Sferco, la costarricense Priscilla Monge, la colombiana Martha Amorocho y la brasileña Beth Moysés. Identidad entre dos barreras, entre dos mundos en la obra de Alma López Ureña, Ester Hernández, Yolanda López, Nao Bustamante y Coco Fusco.

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